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El bioquímico Juan Pablo Albar, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y miembro del proyecto Trineo de Viento, falleció durante la noche del pasado sábado por un infarto.
Ramón Larramendi, líder el proyecto y amigo personal del científico, destacaba ayer "la tremenda pérdida que supone su desaparición para todos los que le conocimos y para la ciencia en este país". "Siempre defendió la investigación y la necesidad de que se hiciera sin dañar la naturaleza, por cuyos lugares más arriesgados sintió siempre una gran atracción, razón que le impulsó a formar parte de este proyecto", destacaba ayer desde Groenlandia el explorador polar.
Albar, que nació muy lejos de la montaña y de los hielos, en Aranjuez (Madrid), formó parte del equipo de cuatro personas que participaron en la Expedición Accciona Windpowed 2011-2012 del Trineo de Viento en la Antártida. En la misma, fue el responsable de los proyectos científicos de recogida de muestras que ya se han presentado en un congreso científico en Basilea y serán publicados en breve.
Licenciado en Ciencias Químicas en la Universidad Complutense de Madrid, en 1975, tras doctorarse comenzó una carrera investigadora en la industria. En 2004 consiguió una plaza de Investigador Científico en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC).
Montañero desde muy joven, comenzó subiendo a las más emblemáticas montañas pirenaicas ( Monte Perdido, Aneto, Marboré, Astazu, Taillón, Posset, La Munia, Cotiella, Midi dOssau, Pic Pallas, Gran Facha, Ballaitus, entre otros picos), de Gredos, la Penibética y también en Picos de Europa, para más tarde viajar hasta los Alpes, el Cáucaso (Elbruz,) los Andes, donde subió el Nevado Urus, el Ishinca, Huascarán, Nevado Sajama, Huayna Potosí, en África al Kilimanjaro, y en Asia el Chapaev y Khan Tengri en el Tian Shan, Lenin en el Pamir y Muztagh Ata en el Kungur.
En la actualidad era director del Instituto Nacional de Proteómica y miembro del consejo de dirección de la Human Proteome Organization (HUPO).
Su trabajo científico se centraba en el proyecto Proteoma Humano, un reto encaminado a conseguir el mapa de las proteínas humanas en su contexto biológico, lo que será una gran herramienta para desarrollar nuevos métodos de diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades. En España, el grupo que dirigía se encarga de coordinar este proyecto en el contexto de la Plataforma en Red de Proteómica del Instituto de Salud Carlos III, ProteoRed-ISCIII.
Su vinculación con el proyecto Trineo Polar de Larramendi surgió meses antes de la salida de la expedición Acciona Antártica Windpowered. Así lo explicaba: "No había tiempo para proponer un proyecto al CSIC o al Plan Nacional de I+D, pero urgía tomar una decisión que supondría poner en escena una convergencia de actividades personales que siempre habían discurrido por planos muy distintos, una expedición irrepetible que enlazada la montaña con un proyecto exploratorio 100% pionero que implicaba una logística eco-eficiente, que enlazaba con mi pasado como uno de los co-fundadores de la revista El Ecologista a finales de los 70)".
Albar logró organizar la implicación de tres proyectos cuyos investigadores principales estaban en el Instituto de Glaciología y Geofísica del CRNS de Grenoble, en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC en Barcelona y en la Universidad Autónoma de Madrid para tomar muestras de hielos y aire a lo largo de nuestro trayecto. Durante la expedición, se responsabilizó de la implementación de la toma de muestras para los proyectos científicos, el uso de los dispositivos que llevaba la expedición y la entrega de las muestras a los responsables de los proyectos en destino.
Dos meses y medio después de su regreso, organizó también una jornada-encuentro en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC) sobre la investigación en la Antártida con la participación de los responsables de los proyectos y de la logística del viaje. "Entendí desde el primer momento que se requería mi presencia en la expedición en mi condición de científico al que se le demandaba un espíritu aventurero propio de los exploradores pioneros al Polo aunque obviamente en un contexto instrumental mucho más suave", explicó entonces el bioquímico.
Durante la última expedición del Trineo de Viento, la 1ª Circunnavegación de Groenlandia, culminada el pasado de junio, Albar ha seguido de cerca la aventura de sus compañeros. El día que terminaron les envió este mensaje: "Enhorabuena a todos. ¡Los récords están para batirlos!".
Los miembros del Proyecto Trineo de Viento se encuentran desolados con su fallecimiento y quieren transmitir sus condolencias públicas a sus familiares y amigos.
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