¿Qué quieres buscar?

Viaje al centro de la tierra

26/01/2015

El técnico especialista Juan Felipe Ramos explica su insólito trabajo por las entrañas de las ciudades y narra el complejo rescate del espeleólogo español en la Amazonía peruana.

Viaje al centro de la tierra

El día a día de su trabajo lo desarrolla, entre otros sitios, dentro de las alcantarillas de Madrid llevando a cabo labores correctivas o de control técnico. Además, Juan Felipe Ramos es un gran aficionado a la espeleología y ha sido una de las casi 60 personas que han participado en el rescate del espeleólogo Cecilio López-Tercero que quedó atrapado en una cueva de la agreste y poco explorada selva de Perú en el mes de septiembre.

PERFIL

Juan Felipe Ramos, Jefe de Obra en el Alcantarillado de Madrid y Jefe de Servicio de Yuncos (Toledo) en ACCIONA Agua Servicios.

Juan Felipe Ramos, de 39 años, es un gran aficionado a la espeleología. Ha sido campeón de España y primero en el ranking nacional en 2005, en los mundiales del 2006 ocupó la cuarta posición en resistencia y la quinta en velocidad. En 2012 participó en la consecución del nuevo récord del mundo de profundidad (-2.197 m), alcanzando la máxima profundidad posible sin equipo específico de buceo (-2.080 m) en la sima KruberaVoronya en la República Independiente de Abjasia (Georgia). Dos veces ha sido premiado en la Gala del Deporte de la Unión de Federaciones Deportivas Madrileñas como mejor deportista de la Federación Madrileña de Espeleología.

¿Qué haces en tu trabajo diario?

En el alcantarillado de Madrid llevo el control técnico, organizativo, productivo y económico de las obras. Estas pueden ser de mejora de red o correctivas debidas a averías, hundimientos, socavones u obras de urgencia. También hago una labor comercial ya que parte del trabajo es la de proponer la ejecución de mejoras en la red para que sean aceptadas. Como Jefe del Servicio de Yuncos (Toledo) organizo los trabajos de mantenimiento preventivo y de urgencia, la lectura de contadores, búsqueda de fugas, las analíticas del agua, controlo la facturación, la gestión de abonados, la elaboración de proyectos y presupuestos sobre redes, la gestión de calidad y la vigilancia de la seguridad y salud en el trabajo.

¿Cómo es tu día a día en el Saneamiento de Madrid?  

Principalmente las obras que realizamos dentro del servicio del alcantarillado de Madrid son tubulares que se instalan en zanjas y trabajos en mina. Es decir, la realización de galerías de ladrillo muy similares a las que se construían ya a mediados del siglo XVII o incluso antes, los llamados ‘viajes de agua’.

¿Cómo se ve Madrid por ahí abajo?  

Madrid tiene galerías de alcantarillado a más de 20 m de profundidad. Las más antiguas son una adecuación de uso de los antiguos ‘viajes de agua’, otras se han construido nuevas excavando en mina y vistiendo con fábrica de ladrillo sobre solera de hormigón en la actualidad y, antiguamente, sobre losas de granito. La sensación que dan es que son eternas.

Madrid tiene galerías de alcantarillado a más de 20 metros de profundidad. Las más antiguas son las llamadas ‘viajes de agua’

Casi siempre que hay una rotura es debida a una acometida, a un atranco, nunca al colapso de la galería por su normal uso hidráulico. En algunas galerías se pueden ver restos de pilares de piedra, de antiguos puentes o cimentaciones que se fueron tapando con los años y las necesidades urbanísticas del momento y, en algún caso, hemos visto antiguos refugios de la guerra civil.

¿Y no resulta peligroso andar por esas galerías?  

Sí, para alguien que desconozca el sector y los procedimientos de trabajo. Nosotros hemos visto socavones de 12 m de profundidad y un diámetro de 12 m que se han formado de la noche a la mañana. En algunos casos hemos rellenado con mortero socavones que no se aprecian en la superficie (en calzada y acera) y debajo hay una caverna de más de 50 m3 .

¿Qué cosas curiosas te has encontrado en tu trabajo? 

Las relacionadas con la fauna: palomas, gallos de pelea, ofidios, ratas, cucarachas, etc. O cualquier otra cosa que los ciudadanos puedan echar o guardar: cajas fuertes, bicicletas, motos, hasta un albornoz en una bajante. Como anécdota, antiguamente había gente que se metía en el alcantarillado y colocaba cestillas en las acometidas de los edificios para recoger las joyas que se caen por los desagües de los lavabos.

¿Cómo te ayuda tu afición a la espeleología en tu trabajo en el alcantarillado de Madrid? 

La espeleología me aporta conocimientos en trabajos en verticales, en espacios confinados, así como aptitudes y actitudes favorables para la entrada en galerías de servicio.

¿Qué cualidades crees tú que ha de tener un buen espeleólogo? 

Se necesita una resistencia frente a ejercicios físicos de larga duración, entorno al 80% de forma aeróbica y el 20% de forma anaeróbica. El perfil psicológico quizá sea el más determinante ya que hay que controlar nervios, fobias, miedos, tener paciencia, pasar frío...

¿Qué te llevó a ir a Perú para ayudar a salvar a Cecilio?  

Un sentimiento de solidaridad con un compañero, ya que cualquiera de nosotros —los espeleólogos— podríamos estar en una situación similar. También el deber de ayudar por tener la capacidad y los conocimientos necesarios. Llevo más de 14 años formando parte de la Comisión de Espeleosocorro de la Federación Madrileña de Espeleología y actuando como Jefe de Equipo en los simulacros que se organizan a nivel provincial y nacional. Al rescate fuimos principalmente miembros de las Comisiones de Espeleosocorro a nivel nacional, sanitarios y espeleólogos cualificados. Aproximadamente 60 personas que participaron dentro de la cavidad y otras tantas fuera en labores logísticas.

¿Cómo fue el rescate? 

Cecilio se accidentó a 400 m de profundidad en la cueva Intimachay en el Amazonas peruano. Para llegar a la cueva se necesitan: 11-15 horas de avión a Lima, 23 horas de autobús hasta Chachapoyas, tres horas en furgoneta hasta Leymebamba y tres horas de subida andando hasta el campamento base que está a 40 minutos de la cueva. La cueva es un curso activo de agua con numerosos resaltes hasta los 150 m de profundidad, luego se hace más vertical con pozos de 12 a 35 m hasta la cota conocida de -400. Bajamos hasta donde estaba Cecilio a llevarle víveres y ropa seca. Actué como Jefe de Equipo dentro del primer contingente de 12 rescatistas, los cuales se dividieron en dos Grupos de Intervención (GI) y logramos sacar a Cecilio hasta la cota -300 m después de duras jornadas de 18 horas. Con la llegada de más espeleosocorristas redujimos un poco las jornadas de trabajo y se dividieron las dificultades del resto de la cavidad en seis GI. Trabajamos frenéticamente en la instalación de tirolinas, contrapesos, retenciones y tracciones. Cuatro GI dejamos a Cecilio a -100 m. El GI a mi cargo actuó elevando la camilla de -225 a -150 m, y al siguiente día, los dos últimos GI le sacaron por la boca de la cueva. Además de las duras condiciones dentro de la cavidad, llena de barro, mojados y la baja temperatura en torno a 10º C, fuera de ella, en el campamento, las condiciones no eran tampoco fáciles. No me he encontrado en ninguna situación así, ni como accidentado ni como rescatista

Después de esto, ¿cómo te planteas esta afición?   

Este deporte tiene sus riesgos como cualquier otro deporte al aire libre, montaña, escalada, barrancos, etc. En este mundo quedan pocas cosas por explorar: el espacio exterior, las profundidades marinas y el mundo subterráneo. La sensación de estar en un sitio donde ningún ser humano ha entrado antes engancha igual a la sensación que tuvieron los exploradores en el pasado. La espeleología, que une deporte y ciencia, se puede definir como la última frontera al alcance de la gente corriente.

¿Participa tu familia de la espeleología?  

Mi pareja y yo practicamos la misma afición y nuestros hijos vienen con nosotros en el 90% de las actividades que hacemos. Llevan realizando paseos por la montaña o entrando en cuevas desde que tenían meses. Mi hijo de cuatro años ya ha realizado vías ferratas y ha bajado a una sima de 60 m de profundidad. Y la de dos años nos ha acompañado a la espalda en travesías de tres horas con múltiples resaltos y pozos pequeños de 8-10 m. Lógicamente, el tipo de actividades a realizar con los niños tiene que ser de muy baja exigencia, lo que nos obliga a bajar nuestras metas, pero disfrutamos mucho haciendo este tipo de actividades con ellos. 

EL RESCATE EN CIFRAS

  • Se ha sufragado íntegramente por aportaciones voluntarias. 58 espeleosocorristas españoles.
  • 7 componentes de la expedición original. 40 militares, bomberos y policías peruanos
  • D. Nicolás, policía enviado por el Consulado General de España en Lima; D. Jabier Farje y D. Humberto (colaboradores habituales de la expedición); 10 miembros del Espeleo Club Andino (Perú) y del grupo Bagnols Marcoulé (Francia), entre ellos James Apaéstegui, anterior coordinador del dispositivo de socorro en la zona.  
Material sobre el terreno
  • 4.800 kg de material
  • 2.000 m de cuerda
  • 750 anclajes
  • 5 taladros
  • 2 generadores
  • 40 tiendas de campaña
  • 1 cocina
Medios aportados por la Fuerza Aérea Peruana
  • 2 helicópteros (uno de ellos se retira para atender el terremoto ocurrido en el país vecino de Ecuador)
  • 1 avión Hércules
Ir arriba