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La dama de la bahía de Tampa

06/05/2011

La mayor desaladora de Estados Unidos, en la bahía de Tampa, ha sido rediseñada y reconstruida por ACCIONA Agua, que ahora opera y mantiene la planta junto con su socio American Water.

La mayor desaladora de Estados Unidos, en la bahía de Tampa, ha sido rediseñada y reconstruida por ACCIONA Agua, que ahora opera y mantiene la planta junto con su socio American Water.

Históricamente, la región de Tampa Bay, en Florida (Estados Unidos), dependía principalmente de acuíferos subterráneos para atender sus necesidades de agua potable. En los años 90, la tasa de crecimiento de la población en la zona fue superior al desarrollo de nuevas fuentes de agua potable. La demanda de agua, unida a la sequía y la explotación continuada, amenazaba los pozos existentes. En 1998, se desarrolló un plan para implementar fuentes alternativas de agua potable que incluía la construcción de una planta desaladora. En una primera etapa, ACCIONA Agua no fue la empresa contratada para llevar a cabo el diseño y la construcción de la planta. Sin embargo, aunque la planta original producía algo de agua, el diseño resultó deficiente y los filtros se ensuciaban y se obstruían demasiado rápido. Tampa Bay Water volvió a convocar un concurso para el rediseño y la reconstrucción de la planta y, en esta ocasión, sí fue ACCIONA Agua, junto con su socio American Water, quienes fueron adjudicatarios y empezaron a desarrollar una solución para corregir los defectos de la que hoy constituye la mayor desaladora de Estados Unidos.

La solución

Al cabo de tres años de trabajo para corregir los procesos y sistemas y reanudar la planta, ACCIONA Agua y American Water finalizaron el proyecto que se había diseñado para suministrar hasta 108.831 m3/día de agua potable. La planta tendrá una vida útil estimada de 30-50 años.

Tampa Bay Water cumple con el mandato de reducir el consumo de agua subterránea y garantizar el suministro de agua potable de calidad a sus clientes con plenas garantías.

Principales cambios realizados

Protección de los filtros de arena

Con el fin de evitar la entrada de moluscos y peces que impedían el buen funcionamiento de los filtros, se instaló una dosificación en continuo de un producto biocida junto con unas rejillas automáticas de 3 milímetros de paso.

Mejoras en el pretratamiento

Se modificó el reparto del agua a los más de 250 filtros de arena y se les añadió una segunda etapa de filtración, esta vez mucho más fina que la existente, utilizando un medio natural: caparazones fósiles de algas unicelulares finamente triturados. También se modificó la dosificación de productos químicos y se automatizó todo el sistema.

Mejoras en los bastidores de ósmosis

Se sustituyeron todas las membranas, más de 10.000, se diseñó e instaló un sistema de lavado nuevo para las membranas con regulación de temperatura y se complementó la instrumentación.

Mejoras en el postratamiento

El agua que sale del proceso de ósmosis no tiene minerales. Para poder añadírselos y con ello cumplir los requisitos de calidad para abastecimiento, se instalaron equipos nuevos que dosifican dióxido de cloro e hidróxido cálcico.

Tratamiento de residuos

Los sólidos que se eliminan del agua a lo largo del tratamiento se encuentran muy diluidos. Para reducir los costes de transporte se construyó una línea de espesado y deshidratación que produce un sólido con un 25% de concentración (que ya se puede transportar en camión), y agua que se recupera en la desaladora.

Impacto ambiental

A plena capacidad, el proceso de ósmosis inversa genera alrededor de 72 millones de litros de salmuera y ésta se diluye con 5.300 millones de litros de agua que utiliza la central eléctrica vecina como agente refrigerante, lo que permite obtener un ratio de dilución de hasta 70:1.
A continuación, el agua diluida pasa por el canal de descarga de la central, se mezcla con más agua marina y se devuelve, cumpliendo con todas las exigencias de seguridad, a la bahía de Tampa con un nivel de salinidad casi igual que el agua de la bahía.
Los grandes volúmenes de agua que fluyen cerca de la zona de Big Bend ayudan a diluirla aún más, impidiendo así la acumulación de salinidad a largo plazo.

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