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Más de 8.000 viajeros utilizarán cada hora las recién ampliadas instalaciones de los aeropuertos de Alicante y León. Funcionalidad, estética y sostenibilidad han sido las prioridades en su diseño y ejecución.
Las necesidades de un tráfico aéreo cada vez más descentralizado han llevado a Alicante y León a aumentar la capacidad de sus aeródromos para dar respuesta a la demanda de viajeros y aeronaves prevista para los próximos años. La ampliación del aeropuerto de Alicante, que incluye un nuevo edificio procesador, un dique y un aparcamiento anexionados a la antigua terminal, permitirá duplicar con creces el número de viajeros que acoge anualmente, con unas instalaciones preparadas para que despeguen o aterricen hasta 42 aviones cada hora.
Por su parte, las instalaciones de la nueva terminal del aeropuerto Virgen del Camino, en León, han cuadruplicado su capacidad alcanzando los 520 viajeros por hora, multiplicando por tres la superficie destinada a los pasajeros y duplicando la disponible para las aeronaves.
Las cifras de ambos proyectos hablan por sí mismas. En el caso del aeropuerto de Alicante, en total se ha empleado el equivalente a 193 piscinas olímpicas llenas de hormigón y el cable eléctrico requerido cubriría la distancia que separa Alicante de Noruega. En cuanto a la superficie de mármol empleada, podría tapar 14 veces el césped de un estadio de fútbol mientras que, en el caso del aeropuerto de León, sólo la superficie destinada a las aeronaves ocupa el equivalente a 5.970 estadios.
Así, se ha apostado por aprovechar la iluminación natural valiéndose de las amplias zonas acristaladas propias de los aeropuertos. Al mismo tiempo se ha reforzado el aislamiento térmico de las partes opacas del edificio y se han empleado los materiales más eficientes térmicamente.
El trabajo de casi 2.000 operarios ha hecho posible que la ampliación del aeropuerto de León esté en funcionamiento desde principios del mes de octubre y que el de Alicante esté ya culminando su fase de pruebas.
Sin embargo, al acometer estas ampliaciones, ACCIONA no sólo ha buscado un diseño atractivo y funcional, sino que ha apostado decididamente por la optimización del consumo energético durante la vida útil de las nuevas instalaciones, para lo que ha sido necesario tener en cuenta los requisitos especiales de un aeropuerto y las características del clima de cada zona.
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